Un equipo científico del Instituto de Hortofruticultura Tropical y Mediterránea “La Mayora” ha identificado un metabolito secretado por la bacteria Bacillus velezensis que ataca y elimina hongos y nematodos perjudiciales para los cultivos. El estudio muestra que, aplicando estas moléculas, se garantiza la supervivencia de los cultivos y se fomenta un mayor crecimiento y producción.
El equipo liderado por Diego Romero, investigador del centro mixto del CSIC y la Universidad de Málaga, ha observado estos resultados en plantaciones de soja y melón, aunque estos resultados son extrapolables a otros cultivos. “Esto es porque la bacteria Bacillus velezensis se encuentra en el suelo y no en las plantas”, señala.
“El metabolito, llamado Cyclo(Pro-Tyr), está compuesto por un dipéptido de prolina y tirosina ciclado, característica que lo hace muy estable químicamente”, explica el investigador del IHSM “La Mayora” David Vela-Corcia, “por lo que este compuesto no se degrada con facilidad en la rizosfera, la zona de suelo cercana a las raíces, y puede llegar a organismos, como patógenos presentes en distintos cultivos”.
El estudio, publicado en Communications Biology, ha constatado que esta cepa bacteriana ataca en oleadas, “debilitando inicialmente la barrera celular de los hongos y la célula intestinal de nematodos, dejándolos a ambos sin la capacidad de sintetizar ATP para que otros metabolitos acaben con ellos”, indica Vela-Corcia, que destaca el efecto dual del metabolito antimicrobiano Cyclo (Pro-Tyr) para la lucha contra patógenos y el fomento del crecimiento de las raíces de las plantas al activar el mecanismo de defensa de éstas.
El trabajo muestra que estos metabolitos garantizan la supervivencia de cultivos y fomentan un mayor crecimiento y producción
La cepa de B. velezensis con la que han realizado este trabajo fue aislada por primera vez en 1990. El grupo de investigación de Vela-Corcia lleva estudiándola unos veinte años para conocer sus efectos y beneficios para fomentar una agricultura sostenible a través de la lucha biológica.
Los resultados de este trabajo, que se ha realizado en colaboración con profesionales de Alemania, Francia, Estados Unidos y China, ya se están llevando a la práctica: actualmente se están realizando las primeras pruebas para desarrollar un producto con este ciclo dipéptido para su aplicación en plantas.