En toda Europa hay un consenso generalizado a favor del consumo de frutas y hortalizas para una dieta saludable, pero el consumo tiende a descender en España, principal productor europeo y con precios muy asequibles. La campaña 2017 ha sido muy difícil para las frutas dulces, especialmente para frutales de hueso como melocotones y nectarinas.
De la misma forma que se dice los incendios se apagan en invierno, el valor de las frutas y hortalizas de verano puede construirse en el invierno anterior. Para encontrar soluciones se han constituido grupos de trabajo entre la administración, FEPEX, organizaciones agrarias y cooperativas. Algunos productores han propuesto una lista de puntos encabezada por un plan de arranque y abandono, seguido de la creación de una interprofesional y propuestas sobre campañas de promoción.
Una situación similar parece vivirse en Francia, segundo productor europeo de frutas y hortalizas, donde el consumo de fruta dulce también ha caído y las interprofesionales INTERFEL (productos frescos) y ANIFELT (productos transformados) acaban de editar un interesante documento de 55 páginas, de acuerdo con sus compromisos para una cadena de valor competitiva y sostenible. Comparando con España, las interprofesionales francesas parecen haber tenido en cuenta la opinión de más interlocutores en la cadena de valor, pues además de las organizaciones de productores han participado representantes del comercio, distribución al por mayor, hipermercados o comercios de proximidad, restauración y comercio exterior.