Con el reto de liderar la “transición de la química de síntesis a la química natural”, cuatro compañeros de máster fundaron en 2007 Kimitec. Y para llevar a cabo esa misión, la biotecnológica levantó en Almería el Maavi Innovation Center, un centro dedicado a la investigación y el descubrimiento de moléculas y compuestos naturales para la agricultura y la industria alimentaria. Alejandro de las Casas, uno de los fundadores y CEO Internacional, repasa la trayectoria y perspectivas de esta multinacional que cerró 2022 con un volumen de ventas de casi 50 millones de euros.

Además de desarrollar sus propios bioplaguicidas y bioestimulantes, a partir de moléculas naturales, microorganismos y microalgas, Kimitec busca alianzas con empresas para poner a su disposición su “innovación disruptiva” y favorecer el cambio de paradigma a la hora de producir alimentos. Como Bayer Crop Science, con la que hace un año selló un acuerdo estratégico para acelerar la creación y comercialización de soluciones biológicas para la protección de cultivos.

Y antes de que todo girase en torno a la inteligencia artificial, Kimitec ya se había anticipado con LINNA, una plataforma propia de IA que se ha convertido en una herramienta fundamental para la búsqueda de nuevos componentes naturales. Este cerebro tiene el potencial no solo de analizar y decodificar el 1% de los compuestos naturales que se conocen, sino de explorar nuevos patrones con el 99% restante.

¿Cómo surgió la idea de crear Kimitec hace quince años y cómo ha logrado alcanzar una posición de liderazgo en tan poco tiempo?

Hace quince años, cuatro amigos que nos conocimos en un máster decidimos fundar Kimitec. Nuestra visión desde el principio fue cambiar la forma de producir alimentos en todo el mundo, y hacerlo de una manera que fuera natural, que no tuviera impacto en el medio ambiente y que afectara positivamente la salud de las personas. Creamos un modelo de disruptivo de investigación que hoy en día es el Maavi Innovation Center, aplicando tecnología para desarrollar productos naturales, con la premisa inicial de que fueran igualmente eficaces que los de síntesis química. A lo largo de los años, hemos incorporado tecnologías de diferentes sectores, diferenciándonos en el mercado y convirtiéndonos en el mayor centro de innovación tecnológica de la agricultura natural en Europa. Una de las cosas que también hemos sido capaces de hacer es diferenciarnos mucho de lo que existía y existe en el mercado, para poder desarrollar productos únicos y exclusivos.

¿Cuál ha sido el crecimiento de Kimitec en los últimos años?

Actualmente, somos más de cuatrocientas personas y hemos experimentado un crecimiento del 200% en los últimos años. Estamos presentes en más de noventa países, y en 2022 el Banco Santander decidió invertir y formar parte del accionario con el 5%.

Presentan el Maavi Innovation Center como el mayor hub de innovación biotecnológica del sector del continente. ¿Por qué?

El Maavi Innovation Center se inauguró en 2019, con más de 10,000 metros cuadrados y tecnologías diversas para el desarrollo de productos. Aplicamos diferentes tecnologías para el desarrollo del producto y tenemos un concepto de back to end: desde la necesidad que existe en el mercado hasta el producto final del desarrollo en la validación agronómica. Somos más de ochenta personas trabajando para el desarrollo de producto y tenemos más de cincuenta proyectos abiertos anualmente. A día de hoy, la capacidad de disrupción, de generar productos y proyectos al año es la más grande de Europa. Estamos ampliando instalaciones para incluir una nueva fábrica. Esto es necesario para acompañar nuestro crecimiento y convertirnos en una de las mayores industrias de biológicos en Europa, aplicando todos los procesos tecnológicos a nivel del laboratorio; estamos hablando de fermentaciones, de extracciones, de pirólisis… no son procesos convencionales, por eso necesitamos toda esa inversión.

¿En qué áreas específicas está experimentando Kimitec un mayor crecimiento?

Dentro de nuestras líneas de investigación, trabajamos en botánica, microbiología y bioinformática. Hasta ahora, la parte de donde hemos sacado más candidatos ha sido la botánica. La planta es un mundo inmenso, te da una variedad de compuestos naturales brutal. Le sigue la microbiología, pero en los últimos dos años, de cada proyecto que empezamos, entre el 11% y el 25% de candidatos provienen ya de la inteligencia artificial. Su implementación ha sido clave para acelerar y mejorar nuestros procesos de investigación.

Se refiere a LINNA, su plataforma de IA. ¿Cómo funciona?

Nosotros decidimos implementar la inteligencia artificial por tres razones fundamentales: acelerar todos los procesos de investigación, minimizar los errores de investigación y tener la capacidad de crear nuevos productos y nuevas moléculas. Aplicamos la inteligencia artificial a cada una de las áreas que tenemos. Con todos esos datos, dentro de la plataforma creamos una serie de algoritmos para poder predecir y crear productos de una manera más rápida.

Aplicamos la inteligencia artificial para poder predecir y crear productos de una manera más rápida

Están sellando acuerdos con grandes empresas del sector de protección de cultivos. ¿Cuáles son las ventajas de estas alianzas?

Nosotros innovamos en la manera de hacer productos, pero también en la manera de hacer negocios. Nuestra visión es cambiar la forma de producir alimentos en el mundo y, para lograrlo, necesitamos socios líderes en el sector. Estas alianzas nos permiten poner a su disposición nuestra disrupción para desarrollar productos que lleguen a millones de agricultores a través de los canales de distribución de multinacionales.

¿Cómo va el proyecto de desarrollar un bioherbicida como alternativa al glifosato?

Es uno de los cincuenta proyectos en los que estamos trabajando. Buscamos no solo reemplazar el glifosato, sino también crear bioherbicidas selectivos. Tenemos candidatos con eficacia comprobada y esperamos llevarlos al mercado en los próximos meses o años.

¿Cómo contribuye Kimitec al fomento de la economía circular?

Abrimos una vertical de sostenibilidad en Maavi Innovation Center para revalorizar los restos de la industria alimentaria. Transformamos estos productos en soluciones biotecnológicas, contribuyendo a la economía circular y ayudando a la agroindustria. Hablamos de sostenibilidad real, no de greenwashing (estrategia para ofrecer una imagen de organización responsable y comprometida con el medio ambiente, que no se corresponde con la realidad).

Hace quince años tenían una visión para Kimitec. ¿Cómo ve la empresa dentro de otros quince años?

Nuestra empresa seguirá creciendo e investigando. Estratégicamente, queremos ser más transversales y tener un impacto no solo en la agricultura, sino en toda la cadena alimentaria. Buscamos liderar la transición del químico al natural y contribuir a la sostenibilidad global.