El Servicio de Sanidad Vegetal de Andalucía ha constatado un incremento de las poblaciones del algodoncillo del olivo (Euphyllura olivina) respecto a anteriores campañas en numerosas comarcas olivareras.

Los daños directos causados por la succión de savia suelen ser mínimos. El problema principal es cuando el psílido ataca a las inflorescencias y posteriormente a los frutos cuajados, lo que afecta a la fertilidad y ocasiona una significativa caída de botones florales y descenso del número de frutos cuajados. Sanidad Vegetal advierte de que, en general, los daños son “más alarmantes que preocupantes”, por lo que raramente es necesario intervenir.

También ocasiona daños indirectos provocados por la melaza azucarada que excretan los individuos, que favorece los ataques de hongos, principalmente negrilla, que restan capacidad fotosintética al árbol y ensucian las hojas y los frutos.

El algodoncillo del olivo puede controlarse fácilmente con sus enemigos naturales, como los depredadores Chrysoperla carnea y Anthocoris nemoralis y los parasitoides Alloxysta eleaphila y Psyllaephagus euphyllura. Como la época de aplicación de tratamientos fitosanitarios coincide con un momento crucial del ciclo biológico de los enemigos naturales, se recomienda utilizar materias activas respetuosas con los mismos y evitar piretroides y otros insecticidas químicos perjudiciales para la fauna auxiliar.

Ante el importante aumento de las poblaciones de E. olivina en Andalucía, el Servicio de Sanidad Vegetal autonómico elaboró en 2022 una guía con información de esta plaga secundaria y recomendaciones de gestión. Entre las medidas culturales para reducir los niveles de ataque de esta plaga, recomienda la realización de podas en verano y en otoño-invierno porque facilitan la ventilación del árbol, así como la eliminación de varetas y chupones para impedir que el insecto se refugie en el cultivo ante condiciones meteorológicas desfavorables. Del mismo modo, aconseja realizar una fertilización racional y no abusar de los abonos nitrogenados, ya que favorecen la proliferación de brotes tiernos, donde es fácil que se instale el psílido.

Sanidad Vegetal también ha constatado que en explotaciones de olivar en las que se dispone de cubiertas vegetales, la incidencia de E. olivina es menor que en olivares sin cubierta vegetal, al refugiarse el insecto en las mismas y no en el árbol. Estas cubiertas vegetales facilitan, además, la instalación de los enemigos naturales del algodoncillo, que lo mantienen en niveles poblacionales en los que no provoca daños en el cultivo.

Manuel J. Ruiz Torres, del Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Jaén, habló sobre esta plaga en el Encuentro Internacional Phytoma Nuevo escenario de la sanidad en el olivar: estrategias de control y servicios ecosistémicos, que se celebró el 9 y 10 de noviembre en el Auditorio de Dcoop de Antequera (Málaga), y ya está disponible en abierto.