Los spinosines son insecticidas únicos, que provienen de la fermentación de dos bacterias del suelo, Saccharopolyspora spinosa y S. vitticeps. Spinosad y spinetoram, los dos ingredientes activos desarrollados a partir de los spinosines, recibieron  el "Presidential Green Chemistry Challenge Award" en 1999 y 2008, respectivamente. Spinosad deriva íntegramente de la fermentación, mientras que spinetoram se crea haciendo dos modificaciones sintéticas a los spinoses derivados de la fermentación. Ambos proporcionan una elevada eficacia sobre numerosas plagas, una buena persistencia y un amplio espectro de acción con un perfil toxicológico y medioambiental muy favorable, así como efectos mínimos o transitorios en la fauna útil. Los spinosines han demostrado su control sobre diversas especies de lepidópteros, thysanópteros, dípteros y algún coleóptero.

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