El área del valle del Ebro perteneciente a la provincia de Lleida es rica en plantaciones de frutales de pepita, principalmente peral y manzano. Según datos oficiales del año 2008 (DAR), el número de hectáreas plantadas de peral es de 12.079 y la superficie de manzano es de 8.002 hectáreas.

En el área frutícola de Lleida se inició en el año 1988 lo que se conoce como manejo integrado de plagas y enfermedades. Tomando como base los trabajos realizados en otras partes del mundo, se comenzó en este momento a adaptar los métodos de seguimiento y los umbrales de intervención a las condiciones de la zona. A partir de 1990 se realiza la extensión de esta metodología a las Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV), que han sido una pieza fundamental en la difusión de estas técnicas. Los trabajos realizados entre el año 1988 y principios de los 90 sirvieron de base para establecer los parámetros que rigen el control integrado de plagas dentro del sistema de producción regulado conocido como Producción Integrada.

 

 

INTRODUCCIÓN

El Manejo Integrado de Plagas y enfermedades implica que se deben priorizar, siempre que sea posible, los métodos biológicos, biotecnológicos, culturales, físicos y genéticos, por delante de los métodos químicos propiamente dichos.

El nivel de riesgo en cada parcela, que se debe establecer con carácter previo a cualquier intervención química, se realiza mediante evaluación del nivel de población calculado gracias a sistemas de muestreo, estado de desarrollo de las plagas, enfermedades, y fauna útil, fenología del cultivo y condiciones climáticas. Por tanto, la aplicación de medidas directas de control de plagas y enfermedades solo se efectuará cuando los parámetros observados superen los correspondientes umbrales establecidos.

En el caso de que se superen los umbrales establecidos y sea necesaria la intervención química, las sustancias activas a utilizar son seleccionadas de acuerdo con los criterios de menor peligrosidad para las personas, la fauna y el medio ambiente; la efectividad en el control de la plaga, el patógeno o la enfermedad; la selectividad; los residuos y el riesgo de aparición de poblaciones resistentes.

El Control Integrado se encuentra recogido en la normativa a través de la regulación global de la producción integrada, concepto que engloba otros muchos aspectos además del control integrado de plagas y enfermedades. A pesar de que no existe una norma comunitaria a nivel europeo que establezca unos elementos comunes, si que existe una norma básica española, Real Decreto1201/2002 de 20 de noviembre por el que se regula la producción integrada de productos agrícolas, que contiene una serie de principios básicos y elementos comunes que son desarrollados por las normas autonómicas. En el caso de la zona frutícola del valle del Ebro perteneciente a la provincia de Lleida, es de aplicación el decreto 241/2002, de 8 de octubre, por el cual se regula la producción integrada en Cataluña.

Con una periodicidad anual se aprueban las normas técnicas de producción para los diferentes cultivos. En el caso de los frutales de pepita, en los anejos de su norma técnica se establecen, entre otros, aspectos como los umbrales de intervención química para cada una de las plagas que afectan a cada cultivo y las materias activas autorizadas para realizar esta intervención química. Las materias activas autorizadas deben estar incluidas en el Registro único comunitario y además deben haber sido seleccionadas por los comités técnicos de cada cultivo.

A continuación se hace una relación de las plagas que representan una mayor problemática para las plantaciones de frutales de pepita del valle del Ebro, así como los aspectos básicos del control integrado de las mismas:

 

 

Cydia pomonella

Lepidóptero que representa una de las plagas que más afectan a las plantaciones de frutales de pepita de la zona, tanto peral como manzano. Los principales daños los realizan sobre el fruto, al realizar galerías de alimentación cuando se encuentran en estado larvario.

Tradicionalmente, el control de esta plaga se ha realizado a través de aplicaciones químicas, pero en los últimos tiempos ha tenido gran difusión el método de confusión sexual, llegando en 2009 a la colocación en esta zona de prácticamente 4.000 hectáreas de frutales de pepita con este sistema, aunque en la mayor parte de los casos se utiliza como complemento de la lucha química.

En el Control Integrado de carpocapsa (Cydia pomonella), la determinación de los niveles deplaga se realiza gracias a la colocación de trampasde monitoreo tipo delta cebadas con feromonade atracción sexual, y en función del número deadultos capturados se decide la conveniencia ono de la intervención química. Los umbrales quemarcan la intervención química varían en función dela generación de carpocapsa sobre la que se actúe.

El seguimiento de los niveles de plaga se inicia generalmente a mediados de abril, que es el momento de inicio del vuelo de primera generación. El inicio del vuelo se puede detectar tanto por capturas en trampa como por el cálculo teórico basado en el uso de una fórmula bioclimática1 de eficacia comprobada en esta zona, según la cual el inicio del vuelo se produce cuando se acumulan 400o.

Tanto los umbrales de intervención como las materias químicas autorizadas para intervenir se encuentran en la Tabla 1.

 

Ceratitis capitata

Díptero altamente polífago, que afecta tanto a frutales de pepita como a los de hueso. En los frutales de pepita, los daños suelen ser más importantes en manzano, aunque también se ven afectadas las plantaciones de peral.

Esta plaga aparece en las plantaciones de frutales de la zona de Lleida a partir del mes de junio, cuando dispone de alimento en los árboles y las condiciones ambientales son adecuadas para

su desarrollo.

Los daños provocados por esta plaga se producen por la evolución de las larvas dentro de los frutos de los que se alimentan, debido a que las hembras realizan la puesta debajo de la epidermis de estos frutos.

En los últimos años han existido importantes problemas para el control de Ceratitis debido a la creación del Registro único comunitario de materias activas autorizadas (Directiva 91/414), que ha supuesto la eliminación de gran parte de las materias activas tradicionalmente empleadas para el control de esta plaga, y también debido al adelantamiento de la fecha de las primeras capturas.

Por estos motivos han tenido gran difusión en la zona los conocidos como métodos alternativos de control, principalmente captura masiva, pero también el método de atracción y muerte, así como el de quimioesterilización.

En el manejo integrado, las decisiones de intervención química se toman en base a dos técnicas diferentes, por un lado las capturas en trampa de feromona, pero sobretodo por la presencia de frutos afectados por la plaga. Para la detección de frutos afectados se realiza un recuento de frutos, tanto en los márgenes de la finca como en el interior (Tabla 2).

 

Synanthedon miopaeformis y Zeuzera pyrina L

Estos lepidópteros se caracterizan por los problemas que causan, cuando se encuentran en estadio larvario, sobre la madera de manzanos y perales creando galerías de alimentación que también utilizan como refugio, cosa que dificulta la actuación de control basada en los métodos químicos tradicionales.

Para tratar de paliar esta situación, se han desarrollado en los últimos tiempos feromonas sexuales sintéticas para cada una de estas plagas, cosa que ha permitido la implantación del método de confusión sexual para apoyar su control. Este método ha dado buenos resultados en el control de estas plagas, aunque su eficacia crece progresivamente con los años. En el caso de zeuzera (Zeuzera pyrina) también se ha probado en la zona la aplicación del método de captura masiva como complemento de la lucha química tradicional.

Según la norma técnica de Producción Integrada en frutales de pepita, la simple detección de presencia de cualquiera de estas plagas en la plantación, ya sea por captura de adultos en trampa de feromona sexual o por observación de síntomas en madera, supone el umbral de intervención a partir del cual se permite actuar con cualquiera de los métodos autorizados. Las trampas se deben colocar a partir del inicio del vuelo, que en el caso de sesia (Synanthedon miopaeformis) ocurre generalmente en el mes de abril, y en el caso de zeuzera a partir del mes de mayo. Por otro lado, la observación de árboles afectados resulta relativamente sencilla, ya que la existencia de galerías activas formadas por estas plagas, está acompañada por la presencia de serrín rojizo tanto en la entrada de estas galerías como en el suelo.

Cabe destacar que los métodos autorizados actualmente para el control integrado de estos lepidópteros son simplemente tres piretrinas y los sistemas ya mencionados de captura masiva y confusión sexual (Tabla 3).

 

Comstockaspis perniciosa

Este homóptero afecta a gran número de especies, pudiéndose observar síntomas en frutales tanto sobre ramas, como brotes o frutos. En el caso de frutos, los daños causados por piojo de San José (Comstockaspis perniciosa) provocan la depreciación comercial del fruto, y en el caso de ramas o brotes el efecto del ataque es un debilitamiento del árbol seguido por el secado del órgano afectado y la disminución del potencial productivo.

Existen diferentes formas de detección de esta plaga, siendo la más usual la observación directa del material vegetal, aunque también pueden utilizarse otros métodos como las feromonas sexuales o la colocación de cintas adhesivas para la captura de las formas móviles de esta plaga. Los umbrales considerados en el control integrado para intervenir químicamente varían en función de la época del año en que se realice el seguimiento.

Así, durante la fase de reposo invernal la observación para detectar presencia de la plaga (formas ninfales) se realiza sobre madera de más de un año, en la fase vegetativa del cultivo las observaciones se realizan sobre ramas y brotes buscando diferentes estadios del piojo (Tabla 4).

 

Pulgones

Este grupo heterogéneo de homópteros presenta una serie de características comunes en cuanto a su biología o a su relación con el material vegetal, pero cada especie presenta una serie de particularidades que condiciona el control integrado de las mismas.

Los síntomas del ataque de esta plaga se localizan sobre los corimbos florales y posteriormente sobre las hojas de algunos brotes, virando el color de estas hojas hacia el amarillo y enrollándose hacia la parte interior. La generación de melaza producida por estos pulgones es posteriormente ocupada por hongos del tipo fumagina. Durante el periodo vegetativo, a partir de que el fruto ha cuajado, la determinación de presencia de la plaga se realiza mediante observación directa, debiéndose realizar conteos sobre brotes en crecimiento para determinar esta presencia, pudiendo variar el tamaño de la muestra y la periodicidad de estos conteos en función de las condiciones de la plantación. En el caso del control integrado de pulgones, resulta especialmente importante la selección de materias activas que sean lo más respetuosas posible con la fauna auxiliar tanto depredadores como parasitoides, ya que en algunos casos la regulación de las poblaciones de pulgones se produce de forma natural (Tabla 5).

 

Ácaros (araña roja)

La OILB establece que el control integrado de plagas se puede realizar cuando una o más plagas establecidas se pueden controlar biológicamente, y este es el caso de la araña roja. El comportamiento de esta plaga ha variado debido a los tratamientos realizados con piretroides dirigidos para controlar carpocapsa o ceratitis, y que han afectado a la fauna auxiliar que mantenía las poblaciones de araña roja en niveles aceptables (Tabla 6).

 

Cacopsylla pyri

Psyla (Cacopsylla pyri) es una plaga propia del peral, sin que las plantaciones de manzano se vean afectadas por su acción. Esta es sin duda la plaga más problemática para las plantaciones de peral de esta zona, no solo por los perjuicios económicos que supone su actividad sino también por la escasez de medios de lucha eficaces. Los efectos negativos que suponen la actuación de esta plaga vienen dados por las picadas nutricionales, que en casos extremos pueden provocar un gran debilitamiento del árbol, y sobretodo por la melaza segregada por los estadios nimfales, que provocan manchas sobre el fruto y la implantación posterior de hogos del tipo fumagina. El manchado de la epidermis de los frutos supone su total depreciación comercial.

Para determinar la presencia de la plaga y la necesidad de intervenir, en invierno es imprescindible la realización de "frappagges" periódicos a partir de mediados de enero, momento en que se pueden conocer los niveles de adultos de la generación de invierno así como el grado de madurez de las hembras. Estas determinaciones resultan básicas para situar los tratamientos de invierno destinados a eliminar los adultos antes de que realicen la puesta. Los "frappagge" se realizan con 50 golpes, uno por árbol, y considerando que estos árboles se eligen de forma aleatoria a lo largo de la parcela de frutales.

Durante el periodo previo al cuajado del fruto, el órgano sobre el que se realizan los recuentos

para determinar los niveles de plaga son las lamburdas (25 unidades), y posteriormente el recuento se realiza sobre 10 brotes de los que se observan las hojas individualmente. En estos órganos se busca la presencia de psyla en cualquiera de sus estadios, ya sean ninfas o huevos (Tabla 7).

 

Aphanostigma pyri

Filoxera (Aphanostigma pyri) es una plaga que forma colonias en la fosa calicina de la pera, situación que dificulta la detección y el control de este homóptero.

El efecto que produce es, principalmente, la podredumbre de la base de la pera, situación que se puede observar sobretodo en los días previos a la recolección.

Teniendo en cuenta que el umbral de intervención química en el control integrado es la detección de presencia de la plaga, resulta fundamental la toma de muestras (frutos) y la observación de su fosa calicina de forma periódica en las semanas previas a recolección. También resulta muy importante tener presente si la parcela frutícola presenta antecedentes de problemas por filoxera, y en función de esta circunstancia, decidir si se deben intensificar los controles sobre fruto (Tabla 8).

 

Hoplocampa brevis

Esta plaga del peral no presenta en esta zona una problemática tan grande como las plagas citadas anteriormente, pero en determinadas fincas presenta ciertas dificultades, sobretodo en aquellas que presentan bajos niveles de floración y cuajado de frutos. Esto se debe a que los principales problemas causados por este himenóptero se inician en el momento de floración debido a las galerías creadas por las larvas, que acaban desembocando en ennegrecimiento del fruto seguido de una caída prematura del mismo.

La detección de la plaga se puede dar por observación directa de los órganos de fructificación entre los estados fenológicos D hasta G (entre marzo y abril aproximadamente), durante la cual se pueden observar las larvas o los restos de coloración oscura correspondientes a la elaboración de las galerías en el interior de flores o frutos. Otra forma de detección es gracias a la colocación de trampas cromáticas, destinadas a la captura de adultos de hoplocampa. En este caso, además, la decisión de intervenir mediante aplicaciones químicas en la parcela frutícola puede estar basada simplemente en que la finca sea tradicionalmente problemática en cuanto a daños provocados por hoplocampa brevis (Tabla 9).

La intervención química contra hoplocampa, tal como establece el apartado de Control Integrado de la norma técnica de frutales de pepita, únicamente puede darse por aplicación de una piretrina, concretamente deltametrín.

El control integrado de enfermedades no varía demasiado del que se aplica en la lucha convencional,

el control es eminentemente preventivo, si bien, se tienen en cuenta algunos aspectos que pueden paliar o reducir las infestaciones, como la destrucción del inoculo invernante, la utilización de variedades resistentes, riegos y abonados racionales, etc.

A continuación se describen tres enfermedades importantes que pueden afectar al manzano y al peral:

 

Moteado

Moteado del manzano: Venturia inaequalis (Cooke) Winter f.c. Spilocea pomi Fr.Ex Fr.

 

 

Moteado del peral: Venturia pyrina Aderhold f.c. Fusicladiun pyrorum (Lib.) Fuckel

Este hongo pasa el invierno preferentemente en las hojas infestadas, caídas al suelo durante el año anterior, aunque también puede producirse en chancros. Los órganos potencialmente afectados pueden ser hojas, frutos, y en condiciones muy favorables los brotes jóvenes, siendo el ataque más perjudicial el que se produce sobre fruto, ya que los deprecia comercialmente.

Resulta importante señalar que la receptividad a la enfermedad varia en función del estadio fenológico en que se encuentre el cultivo, así, el peral es receptivo a partir de C3, y el manzano en estadio D.

En la actualidad existen muchas variedades resistentes a moteado, aunque algunas de ellas no presentan valor comercial. Entre las variedades resistentes de más interés encontramos MODI cov, ARIANE cov CHOUPETTE cov.

Los métodos predictivos que se utilizan habitualmente para controlar el moteado son Mill?s y Laplace, RIMpro, etc. En general, los métodos predictivos ofrecen niveles de peligro de infestación basados en los datos ofrecidos por las estaciones climáticas, a su vez, los niveles de peligro condicionan los tratamientos químicos destinados al control del moteado.

En cuanto a las medidas culturales más frecuentes se recomienda la destrucción de las hojas que quedan en el suelo por medios mecánicos, o bien descomposición de las mismas con tratamiento de urea aplicado en caída de hojas.

El control químico del moteado se ha resumido en la Tabla 10, donde se muestran las materias activas autorizadas para su uso en producción integrada (según norma técnica de producción en frutales de pepita) junto con su grupo químico, la persistencia del tratamiento y las horas en que tiene sentido tratar desde que se ha producido el inicio de la infección.

 

Oídio del manzano.

Podosphaera leucotricha (Ell .et EV.) E.S. Salmonf.c.Oidium farinosum Cooke

El oídio es una enfermedad que afecta las partes aéreas del manzano, tanto brotes en crecimiento, como hojas y en algunas variedades puede manifestarse en fruto.

Afecta principalmente a variedades amarillas tipo Golden y variedades bicolor como Gala, Pink Lady, Fuji, etc.

Este hongo pasa el invierno en los brotes afectados el año anterior, que al reemprender su actividad generan hojas oidiadas, situación que implica la aparición de los ataques primarios de la enfermedad.

Después de las primeras infecciones las esporas son dispersadas, generalmente por el viento, dando lugar a las infecciones secundarias.

El oídio necesita para su proliferación brotes en crecimiento y una humedad relativa alta, estas condiciones aseguran una continuidad en las infestaciones, pero en cambio una lluvia intensa produce un lavado de la contaminación.

En cuanto a variedades resistentes a esta enfermedad hay que destacar la variedad JULIETTE ® que resulta interesante por sus cualidades organolépticas.

La base del control de la enfermedad se sustenta en la eliminación de los brotes en crecimiento afectados por oídio. En cuanto a las alternativas para tratar las plantaciones afectadas, el polisulfuro de calcio es una muy buena alternativa para reducir el inoculo de la enfermedad durante la parada invernal, aplicado en estadio fenológico A o B. A partir del estadio de caída de pétalos se puede utilizar azufre o bien antioídios específicos.

Tal como establece la norma técnica de producción en frutales de pepita, el control químico del oídio puede realizarse con cualquiera de las alternativas que aparecen en la Tabla 11.

 

Mancha negra del peral. Pleospora allii Rabenh ex Ces et de Not f.c. Stemphyliun vesicarium (Wallr.) Simmons

Es una enfermedad característica del peral, que cada vez presenta mayor incidencia en determinadas zonas del valle del Ebro. Los síntomas son visibles en hojas, frutos y brotes, y se caracterizan por unas manchas superficiales redondeadas y de tamaño variable, asociadas a un halo rojizo que las rodea. En el fruto, estas manchas se pueden detectar preferentemente en la zona ecuatorial y en la fosa calicina. Los primeros síntomas se manifiestan, preferentemente sobre hojas y frutos, a partir de mediados de junio.

El control de esta enfermedad se basa el la reducción del inoculo invernante con alternativas encaminadas a ayudar a la descomposición de las hojas, o bien mediante métodos mecánicos que realizan la trituración de las mismas, con la finalidad de evitar la formación de peritecas u órganos encargados de producir contaminaciones en el ciclo vegetativo.

El control químico de la mancha negra del peral puede realizarse con las siguientes materias activas autorizadas (Tabla 12).

 

BIBLIOGRAFÍA

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