Sección: 28as jornadas de productos fitosanitarios

Vivimos tiempos en los que los Consumidores tienen la percepción de que nuestros alimentos no son seguros. Esta percepción no se corresponde con la realidad que proclaman la comunidad científica y la legislativa, que afirman que nuestros alimentos nunca fueron más seguros. Para tranquilizar al consumidor es por lo que surgen desarrollos de conceptos de trazabilidad de nuestros alimentos. Las autoridades españolas trabajan en el desarrollo de marcos legislativos en esta dirección, pero estos deben ir acompañados de mecanismos de control de prácticas ilegales que pueden poner en riesgo la salud de los consumidores.

La percepción del consumidor sobre los alimentos

La gente admira, habla, opina y reacciona ante conceptos que no entiende pero de los que se ha formado una opinión perceptiva. Percepción que en muchos casos no se acerca a la realidad.

Permítanme que les de unos ejemplos de esto.

 

Los Genes. Noticia publicada en el Sur de Málaga el 16 de Junio de este año. En una encuesta sobre el consumo de transgénicos dirigida por el Profesor Eduardo Rodríguez Bejarano, Profesor de Genética del Departamento de Biología Celular, Genética y Fisiología de la UMA: El 80 % reconoció que no comería alimentos que contuvieran transgénicos. La muestra también declaró que no comería alimentos con genes. Fantástico? teniendo en cuenta que todos los alimentos tienen genes.

 

El Agua. Durante los años 2004, 2005 y 2006 hemos asistido al inefable espectáculo de que Alcaldes de distintas zonas de Andalucía han prohibido el consumo de agua en sus pueblos por haber detectado residuos de determinados herbicidas. Los alcaldes, sin excepción, han declarado que no quieren residuos de ningún tipo en sus aguas. Creo que puedo decir en un foro como el de un Instituto Químico, que alguien debería recordarles a esos Alcaldes que el agua sin residuos, es decir químicamente pura, No es Potable.

 

Los Residuos. Esto de confundir residuos con toxicología es algo tan curioso como confundir demandas con condenas. Un famoso alcalde de Marbella amenazaba continuamente con demandar por atentar contra su honor. Creo que no ganó ninguna. Pues igual pasa con los residuos, que en sí mismo no son ni buenos ni malos. Depende del carácter toxicológico del mismo y de su cantidad.

Es por eso que se fijan los famosos LMR (Límites Máximos de Residuos). El LMR no es una medida de seguridad en mismo, sino una forma inequívoca de comprobar que los productos se han utilizado de acuerdo con las recomendaciones de la etiqueta y dentro de los enormes márgenes de seguridad requeridos para su registro. Bien pues seguro que ustedes. Han oído que Recientemente la Cadena de Alimentación ALDI, o las plataformas de compra Alemanas EDECA y 4FRESH están solicitando que las frutas y hortalizas frescas que compren tienen que tener residuos por debajo de los LMR. Incluso se permiten fijar un límite de un tercio del LMR. Es decir, en la práctica, se han convertido en un nuevo legislador sin tener la capacidad ni la adecuación para ello. Solamente el muy discutible propósito de utilizar los residuos como reclamo comercial.

 

La composición de nuestros alimentos

Esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué llevan, o qué son nuestros alimentos?

Miren ustedes, lo dice el dicho: No se debe jugar con las cosas de comer.

Ni tampoco con lo que llevan o no nuestros alimentos.

Mi opinión es que los alimentos son química. Por ejemplo una bolsita de ganchitos, 3-D, Cheetos o alguna otra aventura de aperitivo que comen nuestros hijos contiene maltodextrina, alpha tocopherol, monosodium glutamato, sodium diacetato?.

Ustedes me dirán que eso es alimento sintético. Bien ¿saben lo qué es una Zanahoria? Pues es agua, beta caroteno, beta glucopiranosa polimérica (o celulosa), alfa pineno y beta myrceno.

Claro que las percepciones de lo que tienen los alimentos y lo que queremos que lleven nuestros alimentos a veces son también contradictorias. Un ejemplo espectacular son los aditivos. Me permiten algunos ejemplos más con tres sustancias muy comunes en nuestros alimentos.

El compuesto A es un líquido inflamable que proporciona una extraña llama de color azul. En algunos países se utiliza como combustible para vehículos y además mal utilizada esta sustancia puede ser tremendamente adictiva.

El compuesto B es un tinte naranja conocido técnicamente como E160. A menudo se utiliza para alimentos de apariencia blanda adquieran una visión más brillante. Este colorante se añade a menudo a las lociones bronceadoras.

El compuesto C es un componente frecuente en el proceso de sus bebidas veraniegas, pero cuidado este compuesto es corrosivo para superficies de madera.

Evidentemente me dirán que no quieren que esos compuestos aparezcan en sus alimentos. Nadie se sorprenderá por su negativa, pero cuestión distinta es si les desvelo que los tres componentes son naturales y no sintéticos.

Que el compuesto A es etanol, que el tinte E160 es beta-caroteno que es el compuesto de las zanahorias y que el líquido claro C es Acido Ascórbico, también llamado vitamina C, y que se añada a un número sinfín de alimentos, incluido el Pan.

Así que ahora la pregunta es ¿Son éstos producto químicos seguros? Pues puede que piensen que sí, pero de nuevo se equivocan. Pueden no serlo. Depende de lo mucho que consuman de ellos. De la Dosis.

Y esto de la dosis nos llevaría de nuevo a la cuestión de los residuos del agua, o a la de los LMRs. Pero ese es otro debate largo y complejo. El objeto de esta mesa redonda es que hablemos de la Seguridad de los Alimentos, trazabilidad de Sanidad Vegetal y riesgo del tráfico Ilegal.

 

Seguridad de nuestros alimentos

Permítanme otro ejemplo. ¿Saben Vds. que tienen en común los siguientes Personajes y Organismos Científicos?

- Profesor Sir colin Berry -Dpt. Morbid Anatomy The Royal London Hospital.

- Dr. Martin Wolfs -Director General de Salud Pública de los Países Bajos.

- Lord Haskins -Government?s Rural Recovery Co-ordinator ? UK.

- Dr. Stuart A. Slorach - National Food Administration, Uppsala, Sweden.

- Dr. Riitta Maijala - National Veterinary and Food Research Institute, Helsinki, Finland.

- Mr. Henri Belveze - DG SANCO, European Commission, Brussels.

- Mr. Wde Wit ? European Commission European Food Authority.

- Mr. David Byrne - EU Commissoner.

- Dr. Peter J. Oosterveer - Wageningen University & Research ? Department of Social Sciences.

- The International Union of Food Science and Technology (IUFoST).

Pues que en los últimos dos años han declarado públicamente la siguiente frase:

"Nunca antes de ahora nuestros alimentos fueron tan seguros".

Bien, pues si hay un amplio consenso sobre la seguridad de los alimentos, ¿Podemos ir en contra de la muy extendida percepción en la población de lo contrario? Evidentemente no.

Por ello, con toda humildad, las industrias de insumos en el mundo agrícola, en concreto los fabricantes de productos fitosanitarios, apoyamos cualquier iniciativa que apoye el establecimiento de una concienciación en la población de que esto que dice la comunidad científica es una realidad y que en efecto nuestros alimentos son seguros.

Aceptamos un nivel de exigencia y control de nuestras autorizaciones que no es comparable a ningún otro compuesto. Ni siquiera los medicamentos. Los requisitos para la autorización de un nuevo fitosanitario son mucho más exigentes que los fármacos.

No solo en cuanto a su eficacia, sino que además se estudia su efecto en la fauna auxiliar, en el suelo, en el agua, en el operador, sus riesgos por ingestión, etc.

En España la autorización de un nuevo producto viene avalada por su aprobación en tres ministerios, varios organismos científicos y todas las comunidades autónomas.

El desarrollo de una nueva molécula supone una inversión de muchos millones de euros, y de muchos años. Según una estimación de AEPLA para que una formulación llegue al mercado 139.000 se quedan en el camino. Y créanme, no tenemos ningún interés en que falsas percepciones puedan poner en riesgo enormes inversiones de esfuerzo y dinero.

Por ello, la industria de productos fitosanitarios también está interesada en los métodos o exigencias que ayuden a extender entre el consumidor la realidad científica de la seguridad de nuestros alimentos.

Y ahí juega un interesante papel la trazabilidad.

 

La trazabilidad de nuestros alimentos

En el futuro cercano, los consumidores finales sólo ingresando un código a su ordenador podrán saber hasta el lugar de origen del alimento fresco que consumen, cómo fue elaborado y tener la certeza de que no viene de una zona contaminada. Además, darse cuenta de que los sistemas productivos involucrados están bajos estrictas normas ambientales. Y por supuesto mucho más: saber si ha sido objeto de dumping por malas prácticas productivas o laborales.

Después de determinadas crisis alimentarias (vacas locas, etc.) los países europeos nos pusimos las pilas y comenzamos a exigir una manera que posibilitara hacer el seguimiento de los productos que adquirimos. Por ejemplo, en la búsqueda de alimentos seguros, el Parlamento Europeo emitió en 2002 el reglamento CE 178 y creó la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria con el fin de incorporar criterios de trazabilidad. En uno de sus puntos plantea que los alimentos comercializados o con probabilidad de hacerlo en la Comunidad Europea deberán estar adecuadamente etiquetados o identificados para facilitar su trazabilidad mediante documentación o información pertinentes según requisitos más específicos.

Así mismo en España hay una preocupación real del ejecutivo que ha tenido una traducción en acciones concretas de la Agencia de Seguridad Alimentaria y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, como es la orden del APA sobre la obligación de esta trazabilidad.

Ahora bien, el concepto de trazabilidad como herramienta para asegurar esa seguridad nos arroja algunas reflexiones interesantes que quisiera compartir con ustedes.

¿Que ventaja tiene para el consumidor saber que su solomillo viene de una vaca frisona llamada Pacheca, criada en una finca Cantabra y que ganó el premio de las de su raza? ¿O qué su lechuga fue cultivada por Surinver en Murcia?

Pues miren es sencillo: Tranquilidad.

No hay otro, pues de hecho el consumidor ignora la trazabilidad. Es muy interesante un estudio publicado sobre "La Seguridad Alimentaria y la Trazabilidad desde el punto de vista de los consumidores españoles", realizado por la Asociación Europea para la Identificación Segura (Idtrack).

En ese estudio se indica que el 84,6 por ciento de los consumidores españoles desconoce el concepto de la trazabilidad o rastreabilidad de alimentos y el 70,9 por ciento no ha oído hablar de ello.

Sin embargo, según ha resaltado el director de Idtrack, Soler Gomis, "la información es un factor importante ya que el 40 por ciento de los consumidores están dispuestos a pagar un 10 por ciento o más sobre un producto que garantice su seguridad, mientras uno de cada cuatro no aceptaría ningún incremento".

Es decir el consumidor quiere que alguien le garantice que lo que come es seguro. Si la trazabilidad sirve para ello, e identifica a alguien que asuma esa seguridad, pues bienvenido. Incluso le acaricia los oídos diciendo que en la mayoría de los casos está dispuesto a pagar algo más.

Todo esto está muy bien, y la industria lo apoya. El único problema que le vemos es como se va a controlar que todo esto sucede.

 

El tráfico Ilegal de productos fitosanitarios

Les voy a contar el último ejemplo. La industria fitosanitaria controla periódicamente la dimensión de lo que podríamos llamar estraperlo de insecticidas, fundamentalmente en Almería. En el último año tenemos datos que nos permiten avalar el crecimiento en la utilización de insecticidas no autorizados en España y ciertamente no controlados por las autoridades, hasta una dimensión preocupante cercana a los ?20 M. Estos productos fuera de control en ocasiones sabemos lo que tienen, pero en otras no, pues se enmascaran.

¿Creen ustedes que hay un riesgo en que se pulvericen nuestros pimientos con productos que no están autorizados o que desconocemos lo que son?

¿Creen ustedes que alguien tiene duda que el tráfico de estos insecticidas es ilegal?

¿Creen ustedes que estoy que les estoy preguntando es una sorpresa para todos los estamentos vinculados a la cadena de producción, comercialización (incluidos supermercados), autorización y control?

Toda nueva legislación que ayude a poner coto a prácticas deleznables en la producción de nuestros alimentos es una buena iniciativa que cuenta con nuestro apoyo. Solamente dejo para el debate posterior la reflexión de si lo que necesitamos son nuevas leyes que hagan más ilegal lo que ya lo es, o necesitamos el compromiso de las autoridades de que perseguirán estas prácticas ilegales para asegurar que nuestros alimentos son, en efecto, más seguros.

Comprar Revista Phytoma 182 - OCTUBRE 2006